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Módulo  sentimientos y emociones.

Gestión de emociones

Para afectados:

La gestión de las emociones, la comprensión de su funcionamiento y la división de una gran emoción en sus componentes o emociones básicas es fundamental para el autoconocimiento y el desarrollo personal. Este módulo debería incluirse en todos los programas.

Para familiares:

La gestión de emociones es básica para el funcionamiento familiar; conocer y distinguir

Gestión del estrés

Para afectados:

Sufrir alguna limitación, sentir frustración, no poder expresar las propias emociones o sentirse impotente, aumenta el estrés que de por sí se asocia a una afección. La gestión de estos y otros elementos facilitan el día a día de los afectados, por lo tanto hay que comprender el origen del mismo, así como dominar las técnicas para su reducción.

Para familiares:

Al igual que los afectados, deben de adquirir herramientas para gestionar su propio estrés, pero también para entender y encauzar el estrés de los afectados.

Ansiedad

Para afectados:

La ansiedad es la respuesta fisiológica ante un peligro, que motiva al cuerpo para enfrentarse a éste o huir. Actualmente muchos de los peligros se encuentran en los propios pensamientos y son difíciles de confrontar o evitar. Existen muchos mecanismos para reducir la ansiedad, desde identificar correcta y lógicamente el peligro, hasta reducirla mediante técnicas específicas. Este módulo es básico para cualquier programa.

Para familiares:

Los familiares deben de lidiar con su propia ansiedad y además con la ansiedad de sus seres queridos, que es particularmente difícil de entender, asumir y gestionar. Se darán herramientas para ambos objetivos.

Ira

Para afectados:

La ira es una de las emociones básicas y puede tener diferentes orígenes, como la frustración, la culpa, la inseguridad, sensación de pérdida de control, etc. Además distorsiona la realidad, centrando el foco de atención e ignorando elementos del entorno que pueden ser cruciales. Comprender la ira y su funcionamiento, así como su origen y las vías para evitarla o reducirla resulta crucial para los afectados.

Para familiares:

Muchas familias carecen de herramientas para gestionar la ira, y sus reacciones, en vez de erradicarla, parecen avivar más la llama. Al igual que los afectados, los familiares deben de entenderla y gestionarla correctamente; esto facilitará las relaciones y reforzará los vínculos familiares.

Culpa

Para afectados:

Sentirse culpable al no poder realizar tareas que antes se hacían con soltura, por “molestar” a los seres queridos, o, simplemente, por padecer la afección, incapacita emocionalmente a los afectados. Entender la culpa es liberador y permite a las personas liberar y expandir su corazón.

Para familiares:

La culpa incapacita también a los familiares; sienten que tienen que reparar el daño, pero, al no estar en sus manos, se vuelcan con exceso de cuidado y dedicación. Entender este sentimiento y diferenciarlo claramente del de responsabilidad será el objetivo de esta sesión.

Frustración

Para afectados:

Asumir que hay ciertas cosas que “no se pueden hacer”, ciertos objetivos que son más difíciles de conseguir, o que hay que aprender nuevas formas de enfrentarse a los retos, conduce, en muchos casos, a la frustración. Los afectados tienen que aprender a redefinir sus objetivos y a ser conscientes de su nueva realidad.

Para familiares:

A los familiares les resulta imposible, en muchas ocasiones, comprender que “no pueden hacer nada” para liberar a su ser querido de su afección. Desean eliminar su sufrimiento y se sienten frustrados e incapaces. Es necesario conocer las propias capacidades así como entender y aceptar las nuevas capacidades del familiar afectado.

Inseguridad

Para afectados:

La nueva realidad, los cambios en el entorno y en la propia persona, hacen que los afectados se encuentren en un contexto altamente hostil y descontrolado en el que dudan de sus capacidades. La inseguridad que manifiestan, puede volverse incapacitante, evaluando los riesgos de forma errónea o maximizando las amenazas. Se darán estrategias para el análisis correcto de los riesgos y guías para toma de decisiones.

Para familiares:

Los cambios en el ser querido han dado su fruto en forma de un nuevo ser. Con diferentes capacidades, miedos, necesidades de comunicación y afecto. Muchos familiares tiene “miedo” a expresar sus necesidades y deseos, anticipando respuestas e infravalorando la fuerza emocional de los afectados. Es necesario corregir estas percepciones y mostrar nuevas formas de comunicación.

Autoexigencia

Para afectados:

Para muchas personas, la autoexigencia es un medio de vida; cada acto debe de estar a la altura de un baremo personal que suele distar bastante del comúnmente aceptado. Pero ¿qué hacer cuando las propias capacidades han cambiado? Las medidas se quedan obsoletas y es necesario reajustarlas, de lo contrario crecerán los sentimientos de derrota, infravaloración, pesimismo, tristeza e insatisfacción, entre otros. La sesión se centra en el reajuste de las propias expectativas.

Para familiares:

Ante la nueva situación del ser querido, muchos familiares sienten la necesidad de cumplir con un contrato jamás redactado y asumir las responsabilidades del mismo. Esta actitud exacerbadamente responsable agota sus energías y en muchas ocasiones no es necesaria ni conveniente. Entender qué se debe y no se debe hacer, cuáles son las responsabilidades que hay que asumir y confiar en las nuevas capacidades de su ser querido es fundamental para una relación sana.

Autocontrol

Para afectados:

La carga emocional constante, las dificultades o los eventos del entorno hacen que el autocontrol de los afectados se reduzca a las pocas horas o minutos tras despertar. El autocontrol es la herramienta que usa el cuerpo para pensar con claridad y actuar con lógica. Es necesario saber cómo funciona, cómo se recarga y cómo evitar que se gaste inútilmente.

Para familiares:

¿Por qué cuando llego a casa me como una bolsa de patatas fritas sin apenas respirar? Parece que es por la ansiedad, pero realmente es porque el autocontrol del día está agotado. ¿cómo evito se que agote? ¿Cómo se recarga? Estas respuestas ayudarán profundamente a los familiares, mejorando su calidad de vida y su relación con los afectados.

Descarga emocional

Para afectados:

Todos los cambios dejan pequeños rastros emocionales que se deben gestionar, aunque la realidad es que muy poca gente dispone de técnicas adecuadas para ello. Tras un gran cambio, las emociones desatadas son aún más incontrolables. Los afectados necesitan hablar y exponer sus pensamientos de una forma libre, sin juicios, culpas o vergüenzas. Los grupos de apoyo son una excelente herramienta para esta descarga emocional.

Para familiares:

La descarga emocional es muy necesaria para el entorno familiar. En la mayoría de las familias hay temas prohibidos o tabús y los miembros son incapaces de exponer abiertamente sus miedos, curiosidades o preocupaciones. Muchas veces desconocen la realidad de la afección de su ser querido y sienten vergüenza por ello. Un entorno seguro es tan necesario para afectados como familiares.

Necesidad de control

Para afectados:

Llevar el control de la vida es básico y necesario para muchas personas, especialmente en la sociedad actual. “Las cosas tienen que ser/hacerse de esta manera” es una frase que se dicen muchos afectados, intentando repetir un patrón de comportamiento aprendido y no adaptado a su nueva situación. Un pensamiento estricto es contrario a la necesidad de adaptación al cambio. Aprenderemos a cambiarlo, cuestionando su objetivo y la lógica seguida para alcanzarlo.

Para familiares:

Esta necesidad es patente tanto en afectados como en familiares, solo que estos últimos han de lidiar también con la frustración de su familiar ante sus intentos de mantener el control de la situación. Han de poder entender y modificar sus propias necesidades y las de su ser querido, una doble tarea que necesitará un doble esfuerzo.

Necesidad de aprobación

Para afectados:

Muchas conductas, actividades y proyectos realizados en la vida se hacen con el fin de ganarse la aprobación de alguien, la familia, los amigos o simplemente la sociedad. Los cambios vitales profundos hacen que las prioridades se replanteen y las necesidades del Yo se hagan más patentes. Son, por tanto, momentos perfectos para erradicar la necesidad de aprobación y centrarse en objetivos más constructivos.

Para familiares:

Las conductas de los familiares son realizadas, en muchas ocasiones, en contra de los deseos y necesidades propios y del ser querido. Son actos de sacrificio ofrecidos a la sociedad, al qué dirán y a los ojos de extraños. Una buena comunicación permitirá que afloren las necesidades reales del ser querido y la capacidad y disposición de los familiares para cubrirlas.

Miedo

Para afectados:

Los cambios psicológicos y físicos dejan los planes y deseos de los afectados en una “tierra de nadie” rodeada por miedos. Miedo al futuro, a la incapacidad, a la falta de proyectos, a la soledad, a la incertidumbre o al estigma. El miedo es necesario y sano en la psique de los afectados, pero una dosis elevada es incapacitante. Se enseñarán técnicas para objetivizar la realidad y superar los retos.

Para familiares:

El miedo de los miembros de la familia es distinto al de los afectados. Tienen miedo a no estar a la altura, a su pérdida de libertad, a las consecuencias, a la incertidumbre o a que su ser querido no alcance sus expectativas. Todos se han de entender y solucionar mediante información y herramientas adecuadas.

Tristeza y depresión

Para afectados:

La tristeza surge ante la pérdida de una meta valiosa para la persona o planteamiento de un problema, aunque también enmascara otras emociones como frustración, culpa, pesimismo, infelicidad, decepción resignación, soledad, etc. Es importante identificar el origen de la tristeza, matizarlo y plantear conductas que nos protejan de ella y permitan rehacer la vida.

Para familiares:

Al igual que los afectados, la tristeza puede enmascarar muchos sentimientos y emociones. Se darán herramientas para su correcta interpretación y para encontrar conductas adaptativas funcionales.

Autoconcepto

Para afectados:

¿Quién soy ahora? ¿Cómo soy? ¿Qué capacidades tengo? Son preguntas que se realizan muchos afectados ante el cambio vital de su afección. Contestar a estas preguntas adecuadamente, sin prejuicios o equívocas esperanzas es fundamental para la creación de un autoconcepto sano.

Para familiares:

¿Quién es ahora mi ser querido? Al igual que los afectados, los familiares han de entender la nueva realidad de su ser querido. No son quien los familiares desean o esperan que sean, son quienes son y los familiares han de aceptarlo.

Indefensión

Para afectados:

La indefensión surge cuando los afectados piensan que se están atrapados en una situación sin salida, en la que, hagan lo que hagan, no podrán salir. Es necesario que vean desde fuera su situación, pierdan las visceralidad que les une a ella y de esta forma puedan ver una salida y un futuro.

Para familiares:

Observar y convivir con una persona que siente indefensión es muy complejo. Rechazan todo tipo de ayuda y acercamiento ya que se sienten víctimas. Ofreceremos técnicas de comunicación efectivas para esta situación que les ayudará a establecer de nuevo un vínculo con su ser querido.

Autoestima, aprendiendo a quererme

Para afectados:

Aprender a quererse es algo que todo ser humano debería hacer. Muchos afectados no se querían antes y tampoco lo hacen ahora, o han dejado de hacerlo. Pero ¿Cómo hacerlo estando así? Daremos estrategias y consejos para llegar a hacerlo.

Para familiares:

Las familias sufren este aspecto de otra forma, ya sea porque nunca se han querido o por el cambio. La pregunta en su caso es ¿Cómo me voy a querer y dedicarme tiempo cuando mi ser querido está sufriendo? Es una pregunta normal, pero la respuesta casi siempre es incorrecta. Responderemos correctamente en la sesión y daremos pautas para enriquecer su vida y su relación con su ser querido sin sacrificar el amor propio.

 

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