Módulo Aceptación y motivación.
Aceptación
Para afectados:
La aceptación de una enfermedad o de un cambio vital, como el duelo tras la pérdida de un ser querido, pasa por las fases de negación, enfado, indiferencia o ira, negociación, dolor emocional y aceptación. Analizaremos las características de cada fase y daremos instrucciones para superarlas. Además se diferenciarán los conceptos aceptación / resignación.
Para familiares:
Al igual que los afectados, los familiares deben de superar la etapa de duelo. El ser querido ya no es quien era, y deben de aceptarlo tal cual es, reestructurando sus expectativas y esperanzas.
Aceptación limitaciones
Para afectados:
La nueva situación vital que sufren los afectados hace que sus anteriores expectativas y proyectos puedan no ser compatibles con sus capacidades actuales. Hace falta aceptar esas limitaciones, plantear nuevos proyectos y actividades adaptadas a la nueva realidad.
Para familiares:
Los familiares, a su vez, deben de aceptar las nuevas capacidades de su ser querido como una realidad, entender que ciertas actividades no pueden ser realizadas, o al menos, igual que se hacían con anterioridad. Aceptar también que no es por causa de desidia o dejadez.
Motivación
Para afectados:
¿De dónde puedo sacar fuerzas?, ¿De qué sirve el esfuerzo? ¡Jamás voy a mejorar! Son frases que comúnmente dicen los afectados. La pérdida de motivación es un gran problema que estanca el desarrollo personal. Es importante conocer bien la realidad, asumir las nuevas capacidades y descubrir que el mundo no termina con la enfermedad o con la situación traumática.
Para familiares:
Los familiares, ante la desmotivación de su ser querido, se sienten frustrados. Resulta fundamental enseñarles técnicas de motivación que les ayuden en su necesidad y deseo de ayudar.
Motivación para el cambio
Para afectados:
Cambiar de actitud es necesario para alcanzar los nuevos objetivos y salir del “agujero” en el que se encuentran muchas personas. Existen técnicas específicas para analizar el estado actual del afectado y fijar los pasos necesarios para que se desarrolle el cambio reduciendo al máximo el sufrimiento.
Para familiares:
La familia y amigos, en numerosas ocasiones, se sienten incapaces de ayudar a su ser querido a dar el primer paso, de hecho, suelen ser los que buscan ayuda, incluso antes que los propios afectados. Dotarles de técnicas y estrategias adecuadas resulta una labor necesaria y muy solicitada.
Aceptación de cambios y superar adversidades
Para afectados:
Los cambios y adversidades rompen rutinas, planes, esperanzas y expulsan al afectado de su zona de confort. Durante la infancia se nos enseñan los beneficios de la rutina y la disciplina, pero rara vez nos enseñan a reaccionar ante las adversidades. Por suerte se han desarrollado técnicas que facilitan este esfuerzo.
Para familiares:
Al igual que los afectados, muchas familias se sienten impotentes ante las adversidades. Los cambios crean complejos desequilibrios del sistema familiar, inversión de lealtades e incluso hacen florecer debilidades y vicios ocultos. Ciertas estrategias favorecen la gestión de los mismos y ayudan a la familia en los momentos difíciles.
Distorsiones cognitivas y creencias irracionales
Para afectados:
Existen numerosas creencias irracionales que inculca la sociedad, la cultura y la propia familia. Estas distorsiones cognitivas son la causa de numerosos problemas para la aceptación de la nueva realidad del afectado. Por ejemplo “soy el hombre de la casa y tengo que traer el dinero” o “He de ser fuerte y no debo llorar o mostrar debilidad” La reeducación en valores correctos permite aliviar grandes pesos que los afectados cargan sobre sus hombros innecesariamente.
Para familiares:
En la familia, como en la sociedad y la cultura, se crean muchos mitos y creencias que dictan el funcionamiento del sistema familiar. Corregir estos pensamientos es esencial para la tramitación de algunos cambios vitales.
Mecanismos de defensa
Para afectados:
Desde el silencio o aislamiento hasta la ira y la violencia, existen diferentes mecanismos de defensa que impiden la correcta exteriorización y gestión de las emociones y los cambios vitales. Identificar y corregir estos mecanismos es primordial para la adecuada comunicación y respuesta a las adversidades.
Para familiares:
Identificar los propios mecanismos de defensa puede hacer que los familiares adquieran un nuevo punto de vista de sus relaciones y sean más receptivos a las necesidades de sus seres queridos. Muchas veces los familiares “huyen” de ciertas conductas como llantos o actos violentos como mecanismo de defensa, dejando que estas conductas destruyan lentamente el sistema familiar.
Toma de decisiones
Para afectados:
Las nueva situación de los afectados así los cambios y adversidades, crean inseguridades y percepciones de ausencia de control vital que afectan a la toma de decisiones. Ser capaz de objetivar el problema ayuda en este aspecto, así como otras estrategias.
Para familiares:
La percepción de debilidad del ser querido, la culpabilidad o la frustración bloquean la capacidad de acción de muchos miembros del sistema familiar. Un enfoque adecuado de estas emociones puede ayudar a solucionar estos conflictos.
Pedir ayuda. Tipos de ayuda
Para afectados:
La pérdida de autonomía, la necesidad de ayuda para actividades que antes se realizaban en solitario, la vergüenza, el estigma y el miedo al ridículo son factores que dañan seriamente la autoestima de los afectados y les impiden pedir ayuda cuando realmente la necesitan. Es básico para una psique sana la normalización de la situación y el entendimiento de la nueva situación y necesidades.
Para familiares:
En muchas familias pedir ayuda es síntoma de debilidad. Este pensamiento es proyectado a todos los miembros y dificulta que, ante una necesidad, uno de ellos solicite ayuda. La reeducación es la clave para solventar este problema.
Responsabilidad
Para afectados:
Muchas personas creen erróneamente que la responsabilidad de su enfermedad recae en sí mismo, en la sociedad, en un agente externo o en un familiar. Es importante reconducir esta línea de pensamiento, ya que su creencia puede desembocar en conflictos y sentimientos de culpabilidad.
Para familiares:
Asimismo, muchos familiares niegan la ayuda o se sienten resentidos porque achacan la responsabilidad de la enfermedad o las limitaciones en el propio afectado, culpándole de su reducción de libertad o de las consecuencias de su afección. Es necesario, al igual que con los afectados, reconducir adecuadamente esta línea de pensamiento.
Gestión de la pérdida
Para afectados:
En esta sesión se ofrece una guía para analizar el nuevo entorno y contestar a la pregunta ¿Qué voy a hacer ahora? Ante una pérdida o un trauma, ya sea físico o de cambio de expectativas hacia el futuro, los afectados se sienten desorientados. Normalmente surgen conductas depresivas, evitativas e incluso adictivas que les impiden tomar decisiones correctas. Hay que reenfocar la nueva realidad como si fuera una lente y descubrir sus detalles y matices. Se ofrecerán guía y técnicas para alcanzar este objetivo.
Para familiares:
Es muy difícil entender la nueva realidad de un ser querido sin caer en prejuicios o valores preasignados. Los familiares, como los afectados, deben de entender la pérdida como un cambio para el que hay un futuro. También deben de adquirir herramientas y compromiso para moldear la nueva realidad familiar.